EDITORIAL A PIE DE FOTO
Esta es la última imagen de un bombardeo a principios del siglo XXI sobre Bagdad. Fue tomada por una web cam antes de desconectarse por voluntad propia, para no ser testigo presencial de tan desagradable episodio. Hemos de reconocer el pudor y la falta de ambición de tan humilde aparato, visto lo visto últimamente en las televisiones.
Lo cierto es que nosotros, al igual que el resto de productos de los medios de comunicación de masas, no somos como las web cams: tenemos más mala leche. Esto, por sí solo, no vale mucho; pero es que nosotros también tenemos la secuencia de vídeo de todo lo que pasó antes de la última captura, y otra de cuando la OTAN bombardeó sobre los Balcanes, y también tenemos otro algo muy bueno, algo muy suave, tan sólo unos cuantos empujones, alguna patada y algún puñetazo de unos carceleros a un terrorista. En algunos hogares, institutos, calles y comisarías pasa algo parecido en estos tiempos que corren, así que mucha gente se verá reflejada en uno u otro papel. Lo justo sería que las televisiones nos pagaran un pastón por nuestro material multimedia.
Ya saben el teléfono de la redacción,
La redactora jefe
Esta es la última imagen de un bombardeo a principios del siglo XXI sobre Bagdad. Fue tomada por una web cam antes de desconectarse por voluntad propia, para no ser testigo presencial de tan desagradable episodio. Hemos de reconocer el pudor y la falta de ambición de tan humilde aparato, visto lo visto últimamente en las televisiones.
Lo cierto es que nosotros, al igual que el resto de productos de los medios de comunicación de masas, no somos como las web cams: tenemos más mala leche. Esto, por sí solo, no vale mucho; pero es que nosotros también tenemos la secuencia de vídeo de todo lo que pasó antes de la última captura, y otra de cuando la OTAN bombardeó sobre los Balcanes, y también tenemos otro algo muy bueno, algo muy suave, tan sólo unos cuantos empujones, alguna patada y algún puñetazo de unos carceleros a un terrorista. En algunos hogares, institutos, calles y comisarías pasa algo parecido en estos tiempos que corren, así que mucha gente se verá reflejada en uno u otro papel. Lo justo sería que las televisiones nos pagaran un pastón por nuestro material multimedia.
Ya saben el teléfono de la redacción,
La redactora jefe
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